Thursday, February 11, 2010

Sabiduría de la abuela

Mi abuelita Mary siempre decía que uno debía “tener los hijos que Dios le mande”, siempre estuve en desacuerdo con esa frase, en realidad nunca fue mi objetivo principal en la vida el ser madre.

Hace ya varios años que llegó Pantera, fue la primera bebé a la que recibí en casa, me encantaba su complejo de perro guardián a pesar de ser una tortuguita, después vino la idea de darle un hermanito y adopté a Rammstein. Algunos años después llegaron D’arcy, Billy y James… D’arcy murió a las pocas semanas, y compré una plantita para darle sepultura en la maceta. Pasó el tiempo y llegaron dos más, aún no les había dado nombre cuando descubrí con terror que una se comió a la otra, entonces decidí llamar Haníbal a la sobreviviente.

Un buen día, mi hermana me convenció (aún no sé cómo) de que adoptáramos a una perrita a la cual su jefa le buscaba hogar. La frase “es nuestra oportunidad de tener un perrito” fue el inicio del discurso que terminaría con “¿y si le ponemos Maiden?” A Maiden la habían encontrado vagando en las calles de Yautepec, en Morelos, era una bebé de apenas un año de edad, que se ganó mi corazón.

Cuando conocí a Pepe, conocí a Corso, un cocker spaniel gigante mitad león mitad changuito con una gran actitud. Si el pudiera hablar diría algo así como “soy guapo, de verdad muuuy guapo nenas” con voz como de Barry White; es imposible no adorarlo. A pesar de las dificultades que la territorialidad impone, Corso y Maiden son en general buenos hermanos.

Pero la familia no quedó ahí, también debemos incluir a las tres tortugas que tiene Pepe en casa, será necesario conseguir un lugar en el que podamos armar un buen estanque para todas ellas.

Convencida de que serían mi única descendencia, empecé a comprar plantitas en Cuemanco, ahora hay en casa dos bonsáis, dos sábilas, la sepultura de D’arcy (que no sé que planta es) y un “vaporub”, y en ellas vive un caracol al que también hemos adoptado.

Ayer conocimos a una pequeña que intentaba entrar al edificio de Pepe, se nota que a estado perdida durante algunos días, es –como Maiden- una cruza de corriente con vagabundo, pero muy linda. Tiene miedo y se asusta con cualquier cosa. Le compramos agua y Corso le compartió unas cuantas botanas para que sobreviviera a la noche. Hoy Pepe le dio algunas croquetas para desayunar. Ambos creemos que si por la tarde continúa ahí, en la puerta por la cual mete su auto, entonces tal vez podríamos adoptarla… todo parece indicar que la historia terminará con “niños, esta es su nueva hermanita: Layla”.

Creo que a estas alturas, sería bastante ridículo e incongruente de mi parte estar en desacuerdo con mi abuelita, lo que le da la satisfacción de poder decir “más rápido cae un hablador que un cojo”.