Wednesday, July 15, 2009

24/05/1979 - 14/07/2009

Siempre llegaba entre 8.00 y 8.30 a la clase de 7.30, apenas cruzaba la puerta comenzaba a “participar” y no se callaba sino hasta que terminaba la clase. Al principio nos desconcertaba un poco esa dinámica, pero no tardamos mucho en acostumbrarnos a pasar la mitad de la clase en silencio y la otra mitad escuchando su voz... nos enseñó que la puntualidad no lo es todo en la vida.

Cuando nos organizábamos para reunirnos en algún lugar a determinada hora, sabíamos que debíamos considerar la media hora que nos haría esperar… nos enseñó a ser flexibles y tolerantes.

Éramos el equipo perfecto en clase de Historia de México, yo redactaba las reseñas de las lecturas tratando de reducir la cantidad de páginas a estudiar y ella era la voz del equipo al participar en clase alargando el discurso hasta donde fuera posible para obtener la mayor cantidad posible de puntos por participación… Me enseñó una nueva perspectiva de los conceptos minimizar y maximizar.

Aunque compartimos salones de clases antes, durante y después de la huelga, nuestra amistad no se limitó a nuestros años de estudiantes, ha sido parte importante de mi vida durante los últimos 12 años.

El suyo ha sido, hasta el momento, el único examen profesional (de mi generación) al que he podido asistir…

Eran cerca de las ocho de la noche cuando llegué a casa, apenas abrí la puerta escuché el teléfono, era Ulises. Generalmente, cuando llama se escucha una voz alegre al otro lado del teléfono, pero estaba más serio que de costumbre… llamaba para avisarme que después de difíciles meses de tratamiento, había fallecido.

Aún sabiendo que estaba enferma es difícil asimilarlo, se veía bien, se oía bien; así que hasta cierto punto la noticia nos tomó por sorpresa. Fuimos llegando poco a poco, las reuniones de despedida duelen.

Hoy no podía despertar, no quería levantarme de la cama, no logro concentrarme, hoy me siento fuera de lugar, un tanto perdida, con un hueco irreemplazable en el corazón.

Extraño a mi amiga... duele…

Hace algunos años, mientras platicábamos, se escuchó en el radio "Nothing's gonna stop us now" de Starship, ella empezó a cantar y me dijo que le encantaba esa canción. Desde entonces cada vez que la escucho me acuerdo de ella, de la emoción con la que la cantó ese día, la misma emoción con la que vivíamos...

2 comments:

Danicelita said...

... cuando la conocí estabamos en tu casa, un día de una comida para el cubo, no basto mas que nos vieramos para hacer click y empezar a reir juntas, era como si nos hubieramos conocido de antes... todos los presentes lo notaron... no nos vimos mas que una vez extra pero siempre nos teniamos presentes, mandandonos saludos... hoy siento una profunda tristeza al leerte y siento un hueco, como si se tratara de alguien demasiado cercano a mi....

Negui said...

Cierto... cada vez que platicábamos, al final (después de por lo menos dos placenteras horas de chismorreo) me decía: "Me saludas a Danicela, ah cómo me cae re-bien, a ver qué día nos reunimos otra vez... ya organiza, ¿no?, una comidita, unos drinks para estar a gusto"